
El 11 de abril, el Noveno año de educación general superior y el colegio Gonzaga tuvo el placer de recibir a la doctora María Elena Moreira, ministra de asuntos culturales, patrimoniales y turísticos del Ministerio de Asuntos Exteriores, a causa de culminación del proyecto interdisciplinario Derechos Humanos, ¿realidad o utopía? Tuvimos el gusto de formar parte de la ponencia de la doctora, donde los derechos humanos, de la niñez y de la mujer salieron a relucir. Sin dejar de lado la participación de los estudiantes, en una gala de sus capacidades artísticas para recibir a nuestra invitada el ambiente se llenó de música, poesía y pergaminos, además de la lluvia de preguntas, el clima general mostraba un plácido interés en conocer más sobre nuestros derechos y una activa participación por parte de los estudiantes.





La doctora María Elena nos deja con una invitación, llena de esperanza y apoyo, a nosotros los jóvenes de investigar más sobre los derechos humanos, para esto deja una colección de sus libros a disposición en la biblioteca institucional y el llamado de que como jesuitas es nuestra labor aprender más para poder servir mejor. En un diálogo con la ministra tuvimos el gusto de conocer que por parte de su poder diplomático, muestra completo apoyo a causas y proyectos que defienden nuestros derechos, denunciando el adultocentrismo presente en nuestra sociedad y poniendo a los jóvenes como parte central de la lucha por nuestros derechos.







La Coordinación de Formación Espiritualidad programa y facilita espacios de crecimiento espiritual para los distintos miembros de la comunidad y promueve la identidad ignaciana.
Buscando dar respuesta a la complejidad de las dinámicas sociales, la acción social consciente es un verdadero bastión de lucha por una sociedad humana, justa y equitativa. Al hablar de una acción social consciente se debe tener una visión que contribuya con la transformación social a través de la toma de conciencia de nuestra condición de seres humanos como un solo complejo donde todos los miembros sean reconocidos como actores y poseedores de una diversidad de recursos necesarios para conformar un verdadero proyecto humano.

