Querida comunidad Gonzaga,
Queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento a todas las familias, estudiantes, docentes y colaboradores que respondieron con generosidad y solidaridad a la iniciativa de ayuda impulsada por la Compañía de Jesús en Ecuador, implementada por la PUCE y las Unidades Educativas San Gabriel y Gonzaga.
Gracias a su compromiso, nuestra unidad educativa fue un importante punto de acopio en el Valle, logrando recolectar una significativa cantidad de insumos esenciales que serán destinados a las personas y comunidades más afectadas. Cada donación, desde alimentos no perecibles, mascarillas y botellas de agua, hasta productos de primera necesidad, han sido muy útiles en estos momentos difíciles.
Hoy, las donaciones realizadas por cada uno de ustedes se dirigen a la PUCE, quienes, a su vez, las distribuirán a través de los organismos correspondientes, asegurando que lleguen a quienes más lo necesitan en esta situación de emergencia.
Este gesto de solidaridad refleja los valores que nos definen como institución ignaciana. Nuestro Modelo de Persona nos invita a ser conscientes de las realidades de injusticia y exclusión, y a comprometernos con la transformación social, hacia un mundo más reconciliado y justo. La respuesta de nuestra comunidad reafirma ese compromiso, actuando con generosidad y empatía hacia quienes más lo necesitan.
Gracias por ser parte de esta iniciativa solidaria. Juntos seguimos construyendo una comunidad más humana y fraterna.
Con gratitud,
Unidad Educativa San Luis Gonzaga









La Coordinación de Formación Espiritualidad programa y facilita espacios de crecimiento espiritual para los distintos miembros de la comunidad y promueve la identidad ignaciana.
Buscando dar respuesta a la complejidad de las dinámicas sociales, la acción social consciente es un verdadero bastión de lucha por una sociedad humana, justa y equitativa. Al hablar de una acción social consciente se debe tener una visión que contribuya con la transformación social a través de la toma de conciencia de nuestra condición de seres humanos como un solo complejo donde todos los miembros sean reconocidos como actores y poseedores de una diversidad de recursos necesarios para conformar un verdadero proyecto humano.

