
A partir del lunes 6 de septiembre de 2021, la Unidad Educativa San Luis Gonzaga ha iniciado la puesta en marcha de su Plan Institucional de Continuidad Educativa (PICE), aprobado por el COE nacional, para el reingreso paulatino de los estudiantes a clases presenciales, después de un año y medio de estudios desde casa.
El aparecimiento de la pandemia por COVID-19 afectó la cotidianidad de todos los ciudadanos. Pero la educación es un proceso formativo que no puede detenerse. Por esta razón, docentes y personal en general tuvieron que tomar decisiones con prontitud para adaptarse a la opción que nos daba la virtualidad de impartir clases sincrónicas a través de plataformas como Zoom o Google Meet. Después de un año y medio en esta modalidad, gracias al avance de la vacunación en el país la unidad educativa pudo dar inicio al período 2021-2022 bajo el modelo semipresencial o híbrido, en el que los estudiantes que cuenten con autorización de sus padres asisten dos veces por semana a la institución. Deben cumplir con las normas de bioseguridad que han sido socializadas y que se encuentran plasmadas en la señalética del colegio.
Detrás del temor y de la necesidad de reorganizar horarios y cronogramas, prima la emoción de colaboradores ignacianos, estudiantes y padres de familia al confiar en la opción de continuidad educativa que ofrece la institución. Compartimos el sentir de uno de los docentes sobre este regreso a las aulas:
«Y llegó el día tan ansiado por todos. El coincidir bajo la hegemonía del aula para transitar el camino trunco de la escolaridad. Otra vez el aula, los estudiantes, los pupitres y la pizarra. Maravillosa vida del docente el ser alfarero de mentes esperanzadoramente juveniles».
Xavier Romero, docente ignaciano



La Coordinación de Formación Espiritualidad programa y facilita espacios de crecimiento espiritual para los distintos miembros de la comunidad y promueve la identidad ignaciana.
Buscando dar respuesta a la complejidad de las dinámicas sociales, la acción social consciente es un verdadero bastión de lucha por una sociedad humana, justa y equitativa. Al hablar de una acción social consciente se debe tener una visión que contribuya con la transformación social a través de la toma de conciencia de nuestra condición de seres humanos como un solo complejo donde todos los miembros sean reconocidos como actores y poseedores de una diversidad de recursos necesarios para conformar un verdadero proyecto humano.

