Al cumplir 65 años de vida institucional, la Unidad Educativa San Luis Gonzaga ha definido para el 2025 un enfoque prioritario en el fortalecimiento de su dirección institucional y el desarrollo de una propuesta educativa integral e innovadora. Este esfuerzo se enmarca en el Proyecto InnovAcción XXI. Esta visión estratégica busca sentar las bases para consolidar un modelo educativo que impacte de manera significativa en la formación de personas líderes para la sociedad del siglo XXI.

Las líneas estratégicas establecidas para el 2025 priorizan la personalización del aprendizaje, el fortalecimiento de gestión institucional por procesos y una mayor inclusión educativa. En este sentido, trabajaremos en estrecha colaboración con docentes, familias y miembros de la comunidad, integrando metodologías innovadoras y prácticas pedagógicas que fomenten la participación activa en todo el proceso formativo. Estas iniciativas no sólo aseguran una experiencia educativa más dinámica y contextualizada, sino que también fortalecen el vínculo entre la institución y su entorno.
Durante el 2025 también se desarrollarán prototipos de Experiencias Avanzadas de Cambio (EAC) en el subnivel de básica elemental. Estas iniciativas buscan consolidar un modelo pedagógico innovador, centrado en el estudiante como agente principal de su desarrollo integral. Este enfoque busca consolidar las transformaciones pedagógicas y organizativas iniciadas en años anteriores, alineadas con los principios de la Pedagogía Ignaciana y el direccionamiento estratégico Red de Unidades Educativas Ignacianas (RUEI).

Con estas acciones, reafirmamos nuestro compromiso con la transformación educativa del país, al priorizar el desarrollo integral de los estudiantes y fortalecer la gestión institucional, consolidando la misión de Formar personas conscientes, competentes, compasivas y comprometidas para un mundo en el que vivan reconciliados consigo mismos, con los otros, con la naturaleza y con Dios.




La Coordinación de Formación Espiritualidad programa y facilita espacios de crecimiento espiritual para los distintos miembros de la comunidad y promueve la identidad ignaciana.
Buscando dar respuesta a la complejidad de las dinámicas sociales, la acción social consciente es un verdadero bastión de lucha por una sociedad humana, justa y equitativa. Al hablar de una acción social consciente se debe tener una visión que contribuya con la transformación social a través de la toma de conciencia de nuestra condición de seres humanos como un solo complejo donde todos los miembros sean reconocidos como actores y poseedores de una diversidad de recursos necesarios para conformar un verdadero proyecto humano.

