La semana del 22 al 26 de marzo, los estudiantes de 3.º BGU tuvieron la oportunidad de participar, de manera voluntaria, de Ejercicios Espirituales, jornada de reflexión que forma parte de la educación integral propuesta por las instituciones jesuitas.
Los Ejercicios Espirituales son un espacio de meditación, herencia de más de 500 años de San Ignacio de Loyola, donde los estudiantes tienen la oportunidad de conocerse a sí mismo, por medio de la reflexión profunda y el silencio. El fin de este momento es discernir qué quiero hacer con mi vida al escuchar la voluntad de Dios con nuestro camino, por lo que el fruto final de los estudiantes será construir, en lo que queda del año escolar, su plan de vida, que culminará en el día de su graduación.
El proceso es guiado por pastoralistas del colegio, novicios de la Compañía de Jesús y los directores de Ejercicios Espirituales, quienes orientan en las diferentes lecturas, actividades y ejercicios a los estudiantes para lograr hacer una introspección sobre la vida, comprender la propia fragilidad, el desorden interno en nuestras acciones, y comenzar a dar orden y forma a nuestro mundo interno. De este modo, es el primer paso para amar más a Dios, encontrar y expresar el perdón por medio de las cartas de los padres de familia, sanar y reconciliarse con su historia. Encontrar la presencia de Cristo en sus vidas, les permite sentirse amados y formar la conexión consigo mismos para más amar y más servir a los demás.
(Ejercicios Espirituales) es el momento en el cual ellos pueden examinar su vida, recorrer la historia personal a la luz del amor de Dios. Reconciliarse; ver donde han estado aquellas grandes y pequeñas cosas que van construyendo la vida, a veces para bien y otras veces también dejando algunas dificultades en el proceso. Y finalmente, como se plantean un proyecto que les haga crecer, que les permita realizarse en el amor, que les permita ser seres humanos conscientes, compasivos, competentes y comprometidos con los demás.
Francisco Robalino, director de Ejercicios Espirituales
Julio Calderón, novicio de la Compañía de Jesús, nos comparte su experiencia al acompañar en el proceso de espiritual de nuestros estudiantes:
Es una gracia de Dios el hecho de compartir, ser testigo de cómo Dios actúa en los jóvenes y poder acompañar este proceso, creo que es una gracia y una consolación también, el verse identificado y tener herramientas para poder ayudar y sobre todo recibir a través de Dios, maneras de cómo uno ha ido cambiando, cómo uno ha ido creciendo, acercándose más a Él, lo considero una gracia. Está resultando una experiencia muy fructífera y de gratuidad también: entregarse y disponerse al servicio, demostrar a ese Dios que vive y actúa en cada uno de nosotros.
El Padre José Lasso S. J., quien dirigió los Ejercicios Espirituales en la casa de Checa, nos cuenta sobre la organización y la experiencia este año en especial:
La experiencia de acompañar los Ejercicios Espirituales a los jóvenes de tercero de bachillerato del Gonzaga fue muy valiosa, muy fructífera y, sobre todo, nos invitó a ser más creativos ya que para muchos de estos jóvenes fue la primera vez que se encontraron con sus compañeros, luego de un tiempo de estar encerrados, de estar cuidándose mucho por el tema de la pandemia. Entonces, desde la Red Juvenil Ignaciana, con las psicólogas Cristina Mejía y María Belén Pérez organizamos estos ejercicios. María Belén fue quien nos acompañó, Cristina no pudo hacerlo, y también estuvimos con la compañía de un novicio de la Compañía de Jesús, Miguel, y también con un pastoralista, con Juan Carlos; entonces, cuatro personas acompañando a un grupo de jóvenes, fue realmente muy bueno sabiendo que podíamos acompañarlos personalmente a ellos.
Padre Jorge Lasso S. J., director E. E. Checa
Comenzar con escuchar a los estudiantes, sus preocupaciones e inquietudes en el contexto de pandemia, propició un momento de sensibilidad para partir desde allí a ir construyendo el camino que quieren seguir en sus vidas, con la guía y presencia de Dios.
Esta experiencia me está ayudando a conocerme, a reconciliarme con Dios, a saber cómo actuar ante bastante situaciones. Me está dando herramientas para tomar decisiones ahora y seguramente en el futuro también. Agradezco bastante haber podido venir, He disfrutado de conocer más a Dios y conocerme a mí.
Priscila Balseca, estudiante de 3 BGU D.