En la mañana del 24 de Mayo del presente año, los estudiantes de la unidad educativa se reunieron en una jornada conmemorativa por el Bicentenario de la Batalla de Pichincha. Los subniveles recordaron este hecho histórico en sus actos cívicos, con discursos y dramatizaciones que dieron contexto y realce a la gesta libertaria.
En esta ocasión, las integrantes del grupo de danza del colegio recibieron un reconocimiento por su destacada presentación en el festival de danza organizado por el colegio Saint Dominc School. Asimismo, Joel Molina, abanderado del colegio, recibió un reconocimiento por parte de la Federación de Establecimientos de Educación Católica (FEDEC).
A continuación, compartimos el discurso del estudiante Ariel Moya, de 2.º BGU, alusivo a esta fecha patria.
Buenos días señora rectora, estimados profesores, queridos compañeros.
Han pasado 200 años desde que Ecuador selló su independencia. La liberación de Quito significó un momento histórico para la vida republicana de nuestro país y abrió las puertas para la posterior independencia de los demás territorios en América del Sur. Aquel 24 de Mayo de 1822, se conmemora a muchos hombres y mujeres valientes, comandados por el mariscal Antonio José de Sucre, Abdón Calderón y el ejército realista liderado por Melchor Aymerich que batallaron aguerridamente en las faldas del Pichincha con un único objetivo: ¡obtener la libertad!
Existe una relación indisoluble entre la Revolución de Quito y la Batalla de Pichincha. En 1809, desde otras regiones del país, se armaron tropas realistas para someter a los quiteños rebeldes, pero en 1822, las cosas eran distintas, muchos quiteños, guayaquileños, colombianos, peruanos, inclusive latinoamericanos, se habían unido en la lucha libertaria con las fuerzas patriotas, ya no solamente en la Audiencia de Quito, sino en la patria grande.
Este hito histórico marca un antes y un después a lo que vendría a ser nuestra amada República del Ecuador. El importante motivo que nos une en esta celebración es recordar que la Batalla de Pichincha fue el punto culminante de un largo proceso de luchas por la independencia, que se extendieron durante tres décadas, nacidas de ideas y sentimientos de liberarse de la opresión de la Corona, una demostración de profundo amar a la patria; estos ideales patriotas que nacieron muchos años atrás, movidos por un deseo de libertad.
En el Pichincha, ofrendaron sus vidas soldados anónimos y valientes que se enfrentaron al fuego opresor, con la profunda convicción de luchar por la verdad, por la justicia, por el futuro. Ese sacrificio, ese valor supremo, ese profundo amor a la patria, fueron entonces y son ahora las características de un pueblo ecuatoriano. Por eso, rendimos homenaje a todos nuestros héroes; su sangre no solo quedó en los campos de batalla, sino que corre por nuestras venas. Ahora las batallas no se producen en las faldas del Pichincha, se producen en las aulas, donde los héroes actuales son maestros quienes nos enseñan no sola la historia, sino que también nos preparan como líderes, buenos profesionales y mejores seres humanos, con el fin de tener un mejor futuro.
Me despido con una frase de Simón Bolívar:
«Nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza».
Muchas gracias.
Ariel Moya
Estudiante de 2.º BGU
La Coordinación de Formación Espiritualidad programa y facilita espacios de crecimiento espiritual para los distintos miembros de la comunidad y promueve la identidad ignaciana.
Buscando dar respuesta a la complejidad de las dinámicas sociales, la acción social consciente es un verdadero bastión de lucha por una sociedad humana, justa y equitativa. Al hablar de una acción social consciente se debe tener una visión que contribuya con la transformación social a través de la toma de conciencia de nuestra condición de seres humanos como un solo complejo donde todos los miembros sean reconocidos como actores y poseedores de una diversidad de recursos necesarios para conformar un verdadero proyecto humano.